Ejercicios Espirituales 2025
“Conocer más a Jesús desde la Espiritualidad de la Cruz”.
9/25/20255 min read
Como parte de lo que se vivió en los recientes Ejercicios Espirituales del Apostolado de la Cruz durante los días 6 y 7 de septiembre, con el tema “Conocer más a Jesús desde la Espiritualidad de la Cruz”, se realizó un trabajo en grupos que buscaba reflexionar sobre una virtud de Jesús, tomadas del libro 'Cómo es Jesús', de la Beata Concepción Cabrera. En una cartulina el equipo compuso una oración para pedir la virtud que reflexionaron. Cada oración busca pedir una virtud específica de Jesús mostrada a lo largo de su vida y que todo apóstol de la cruz intenta vivir.
A continuación, presentamos la recopilación de 16 oraciones con las virtudes de Jesús que hicieron cada uno de los grupos.
Su delicadeza
Jesús, danos tu Paz, que podamos relacionarnos con los hermanos con la delicadeza con que nos amas.
Danos humildad para perdonar a quienes nos irrespetan, que podamos ser pacientes y amorosos.
Ayúdanos a ser como Tú, entregándonos con el descanso de quien reposa en un amor seguro y tierno.
Danos un mar de paz en nuestro corazón donde se ahoguen los resentimientos.
¡Qué dicha tener quien nos ame así!
Amén.
Su paz
Jesús, tú que eres la paz misma, danos esa quietud del alma que nos permite silenciar nuestra mente.
Ayúdanos a confiar plenamente, ya que eres la única luz del alma y único amor del corazón.
Permítenos respirar tu atmósfera, que es tu paz.
Concédenos una humildad profunda, una gran limpieza de corazón, una conciencia tranquila y un amor confiado en tu Paz.
Te entregamos nuestros sufrimientos, transfórmalos en caricias porque Tú eres Paz.
Amén.
Ayúdanos, Jesús, a callar nuestros pensamientos.
Ayúdanos a sanar con silencio nuestro corazón.
Ayúdanos, Cristo, a escuchar en silencio tus respuestas, tus clamores, tu voluntad.
Ayúdanos, Jesús, a encontrar paz en el silencio: al dolor, preocupaciones, duda.
Ayúdanos, Jesús, a buscar en los problemas y calumnias, en la vida familiar, calma al mantenernos en silencio para pensar, analizar y luego dar la mejor respuesta.
El tiempo de Dios es perfecto.
Ayúdanos a silenciarnos sintiéndonos amados por el Padre para que podamos decir:
“HÁGASE” y aceptar, aunque no entendamos ¡Tu voluntad!
Amén.
Su caridad
Gracias, Jesús, por haber venido al mundo para que conozcamos que eres un Dios que se deja amar.
Permítenos escucharte y gozar de tu luz.
Te pedimos abandonarnos en Ti y entregarte nuestras almas para ser tan humildes como tú.
Amén.
Cruz interna
Amado Padre Celestial:
Hoy queremos pedirte que hagamos vida nuestra consagración.
Queremos pedirte que nos ayudes a consagrarnos a Ti.
Queremos acompañarte en tu dolor, ofreciéndonos a Ti en pureza y santidad.
Señor, hoy queremos consolar tu Corazón; te quedo vacío sin sangre, pero no sin mí.
Danos, Señor, la virtud de la oración y de la entrega para poder entender el dolor tan grande que sufres a pesar de tu amor incondicional.
Amén.
Señor Jesús, ayúdanos a ofrecer con amor cada situación dolorosa.
Aquí estamos para hacer tu santa voluntad.
Con tu entrega revelaste el amor que transforma.
Queremos ser tus cirineos para ayudar a los hermanos a cargar su cruz.
¡Gracias, Señor, por abrirnos las puertas del cielo con tu sacrificio de amor!
Amén.
Su pureza
Padre Celestial, te pedimos que nos permitas despojarnos de lo humano, para alcanzar lo puro, santo y bondadoso de tu corazón.
Mira nuestra pequeñez y muéstranos tu amor.
Porque nada podemos sin Ti.
Amén.
Obediencia
Señor Jesús, tú que fuiste obediente hasta la muerte, te pedimos que nos concedas la virtud de la obediencia.
Concédenos esta gracia para manifestar tu amor y así encontrar la salvación.
Ayúdanos a olvidarnos de nosotros mismos, de todo aquello que nos aleja de Ti, y podamos unirnos más a la Voluntad del Padre.
Amén.
Oración para pedir humildad
Jesús, enséñanos a ser humildes y mansos.
A olvidarme de mí y que las humillaciones que reciba en el mundo sean para tu Gloria.
Enséñanos a reconocer nuestros errores y pecados.
Seguir tu ejemplo, Tú que siendo Dios aceptaste ser “humano”.
Jesús, enséñanos a buscarte con el único fin de complacerte a Ti y a tu Padre.
Amén.
Misericordia
Jesús, te damos gracias por tu misericordia, porque sin merecerlo tú nos amas, a pesar de nuestras debilidades, flaquezas y errores; tú eres incondicional.
Te pedimos un corazón como el tuyo, sin egoísmo, sin reservas y a manos llenas, para ver a nuestros hermanos y familia a través de tus ojos.
Enséñanos a imitarte y a ser más como Tú.
Ten misericordia de cada ser humano en sus necesidades.
Amén.
El Abandono
Padre Celestial, así como Jesús se abandonó a tu voluntad, ponemos en tus manos nuestra vida entera, con las carencias, debilidades y dolores, con la certeza de que Tú nos acoges con tu amor infinito y nos permites ver que el abandono es lo supremo del amor, esa entrega sin condiciones ni reservas a la divina voluntad, que es donación plena de nosotros mismos.
Amén.
Su ternura
Danos un corazón dispuesto para servir.
Derrama tu gracia sobre todos nosotros.
¿Quiénes somos para que nos ames y nos perdones?
Corazón de Jesús, tierno y compasivo, mira las debilidades que tiene nuestro corazón.
Benditas sean las lágrimas de Jesús que compraron el cielo.
Todo lo perdonas y límpianos con tu sangre.
Despójanos de lo humano para alcanzar lo puro.
Amén.
¡Oh misericordioso y bondadoso Jesús!
Te queremos agradecer por el mayor acto de bondad que hiciste por nosotros, que fue entregar tu vida en la cruz y quedarte con nosotros en ese pedacito de pan, que es nuestro mayor alimento espiritual.
Gracias por tu bondad de poner personas en nuestro caminar y brindarnos a tu Madre como modelo de bondad e intercesora.
Gracias por tu bondad de ofrecernos la cruz de tu amor por nuestra salvación.
Amén.
Su pobreza
Perdónanos, Señor, por tantas veces que hemos olvidado que fuiste pobre, despreciado y olvidado.
Enséñanos a seguir este modelo de pobreza, reflejándolo en ternura, caridad, perdón y respeto hacia nuestros hermanos.
Gracias, Señor, por quedarte con nosotros en la Eucaristía y por darnos a tu Madre como regalo de amor.
Amén.
Su descanso
¡Oh, Jesús, que buscas descansar en un lugar especial! Quiero ofrecerte mi humilde corazón: ¡tómalo! Es pobre, es pequeño, es estrecho, pero está lleno de amor y quiere acogerte con cariño.
Quédate, Señor, quédate conmigo; llena mi corazón con tu presencia porque tengo sed de Ti.
Añoro ser como María, ser ese refugio fiel y presente.
Amén.
Su compasión
Espíritu Santo, danos un corazón compasivo y amante como el de Jesús, para vencer la indiferencia y la falta de caridad, para escuchar y ayudar sin juzgar, para perdonar sin rencor, para mirar a los otros como lo haría Jesús y para amar con el mismo amor que Él nos ama, y vivir al modo de Jesús.
Amén.